Breves reflexiones sobre un futuro energético incierto
Es clave recordar que sin petróleo convencional[1] no estarías leyendo ahora este artículo. La gran mayoría de cosas que hoy nos rodean dependen de los recursos energéticos fósiles -especialmente petróleo- para su manufacturación y transporte, y esta gran adicción por la poción mágica de nuestros tiempos[2] así como la pronta llegada a sus picos de producción[3] hace que seamos tremendamente vulnerables, lo que implica un replanteamiento a todos los niveles de nuestro modelo socio-económico.
A principios de octubre se realizó el 2º Congreso Internacional de Barbastro “Más allá del Pico del Petróleo” organizado por la UNED. Un encuentro en el que un servidor, desde la Red de Transición, tuvo la posibilidad de participar conjuntamente con conocidos expertos científicos y divulgadores en el ámbito de la crisis energética, como Pedro Prieto, Antonio Turiel, Ugo Bardi, Kjell Aleklett o Gail Tverberg entre muchos otros, y en el que se dibujó, con pelos y señales, el panorama energético local y global, así como sus implicaciones.[4] Las informaciones expuestas fueron claras, concisas, bien documentadas, enfocadas más en la problemática que en las posibles alternativas[5] y, porqué no decirlo, difíciles de digerir para la gran mayoría de mortales. Un ejemplo de ello es la siguiente previsión del descenso en la disponibilidad energética para los próximos años.
A lo largo del fin de semana se obtuvieron toda una serie de conclusiones. Algunas de las principales, que nos permiten entrever el panorama energético que se avecina, son las siguientes:
Conclusiones del 2º Congreso Internacional del Pico del Petróleo de Barbastro |
1. Consenso respecto a que los avances tecnológicos no son suficientes y se necesita un cambio social. 2. El máximo de la producción de petróleo convencional ya se ha alcanzado e incluso su producción está disminuyendo. 3. La opinión, cada vez más, generalizada es que el pico global de petróleo, incluyendo los recursos no convencionales, está cerca. 4. La gran mayoría de los modelos del pico de petróleo evidencian que el descenso energético será muy difícil de controlar, y quizás muy rápido. 5. El gas de lutitas o shale gas (fracking) no parece una alternativa viable a gran escala en España, y parece que en EE.UU. no será económicamente viable a largo plazo. 6. El carbón tiene también sus limitaciones, aunque las estimaciones sobre cuánto falta para alcanzar su pico oscilan entre una y tres décadas. Ya se puede apreciar la tendencia al estancamiento en la producción china (casi la mitad de la producción mundial). 7. El Uranio alcanzará el pico mucho antes, probablemente en esta década. (Turiel, Prieto). 8. Existe una preocupación creciente por otros materiales ya escasos (peak everything), no sólo metales y metaloides sino también fosforo, que es esencial para la alimentación. 9. Las energías renovables tienen límites claros, no alcanzan la densidad energética de los combustibles fósiles y, sobre todo, la necesidad de tiempo e inversión hace que quizás sea tarde para un desarrollo a gran escala. 10. Los economistas reconocen que en el momento actual hay una serie de problemas, pero entre ellos existen claras discrepancias en el diagnóstico. No todos reconocen la escasez de recursos. 11. Existen límites claros al crecimiento a todos los niveles y será necesario buscar alternativas, tanto a nivel económico como social, con una verdadera voluntad de cambio por parte de todos. 12. “El fin de del capitalismo no es el fin del mundo”. |
Son muchas las reflexiones que se pueden sacar y las reacciones que pueden producir afirmaciones como estas. A continuación cierro este breve artículo compartiendo unas reflexiones personales sobre nuestro futuro energético y la transición que estamos ya viviendo que creo pueden ser valiosas:
- Existe una gran urgencia por cambiar un modelo obsoleto que choca con los límites del planeta; no tenemos tiempo que perder y es ineludible.
- La escala local va a cobrar inevitablemente protagonismo en una sociedad con disponibilidad decreciente de energía. Esto no quiere decir volver a las cavernas, ni que la tecnología o las energías renovables no vayan a tener un rol importante, pero sí que la vida se desarrollará a una escala más apropiada.
- La magnitud del proceso de transición es inmensa ¿Cómo podemos lograrlo? ¿Qué rol puedo asumir? ¿Cómo no quedarme paralizado? No tengamos miedo al cambio y pasemos a la acción en una escala que sea manejable para cada uno.
- Tenemos una dificultad generalizada por visualizar un futuro posible y positivo. Nos resulta difícil imaginar una sociedad que sea deseable, diferente a cualquiera presente o pasada, hacia la que podamos avanzar. Este es un punto clave en el que trabajar.
- Es momento de ocuparse más que de preocuparse. Debemos experimentar y probar alternativas sin miedo a equivocarnos. Diseñemos hacia la imperfección, partiendo de nuestras motivaciones y necesidades, disfrutemos el proceso y aprendamos en el camino.
- En esta transición es inevitable cometer múltiples incoherencias. ¿Porque cojo un avión o un coche? ¿Porque estoy dentro y fuera del sistema? Debemos aprender a vivir con ellas.
- Nos encontramos ante una oportunidad única e increíble para rediseñar nuestra civilización; no la dejemos escapar.
- La transición ya está sucediendo. Están emergiendo múltiples alternativas y propuestas, en diferentes ámbitos y escalas. Es imprescindible crear redes que conecten estos proyectos y permitan el aprendizaje mutuo. Varios ejemplos interesantes de ello son la reciente wiki colaborativa para Municipios Pospetróleo, 15/15\15 Revista para una nueva civilización, y la Red de Transición España.
[1] Petróleo de buena calidad y fácil extracción. Los yacimientos más grandes, de mejor calidad y más fácil acceso están siendo agotados, por lo que cada vez se explotan yacimientos más pequeños, a más profundidad o que necesitan un proceso de refinado mayor. Es decir se necesita más energía para su producción. Ello conlleva que su Tasa de Retorno Energético (TRE), la energía neta obtenida, sea cada vez menor.
[2] El consumo energético per cápita medio mundial es de 2500w de potencia media equivalente. Una persona genera 100w/día, es decir 25 veces menos. Por ello podemos decir que gracias al petróleo disponemos de 25 esclavos energéticos virtuales de media por persona cada segundo del año. En países como Estados Unidos este número supera los 100.
[3] El pico del petróleo o Peak Oil es el punto a partir del cual disminuye su producción y significa que a partir de ese momento la disponibilidad se reduce de manera gradual y continúa. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) anunció que el pico de producción del petróleo convencional se produjo en el 2006. Disponible en www.worldenergyoutlook.org/media/weo2010.pdf.
[4] En breve todas las ponencias se podrán ver en la web del congreso. Además se pueden ver las de la primera edición.
[5] Este es en mi opinión un punto de mejora para próximas ediciones.
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